Puedo decir que cuando me enteré del estreno de Right Now y la vuelta de Aziz Ansari luego de las denuncias en su contra el año pasado, no estaba particularmente emocionado por su show. Si bien tiene buenos trabajos, sobre todo en Master of None que fue donde se dio a conocer para mí, nunca fue un comediante que yo tuviera en primera línea. Por ese «qué sé yo», no porque no me pareciera simpático. Así que cuando comencé a ver este show, lo hice curioso por ver que decía al respecto de su caso. Para mi sorpresa, salí haciéndome otra clase de preguntas.
Primero, porque no encontré demasiados puntos para argumentar que me haya gustado o no: no me parece particularmente simpática, salvo algunos temas, pero no me desagrada y sí me entretiene el modo en que Aziz “hace lo suyo”. Lo que sí llamó mi atención fue al investigar sobre su caso, la defensa que hizo del mismo y cuando en el show abordó temas como el contexto cultural y la corrección política en nuestros días.
Hace no mucho tiempo el sitio babe.net, publicaba el relato de un fotógrafa de 23 años, quien relataba haber tenido una cita con el actor que acabó con ambos en el departamento del mismo. Según el relato, Aziz no entendió el lenguaje no verbal de la chica, quien no quería ningún tipo de relación sexual en ese momento. Al día siguiente, ella le hizo saber que no se sintió cómoda con la que, describiría después, como “la peor noche de su vida”. Aziz le respondió, y siguió aclarando después, que no había notado nada extraño ni incómodo en su encuentro y que lamentaba mucho lo ocurrido. En pleno boom de movilizaciones como #MeToo o #NiUnaMenos la carrera de Ansari parecía haber acabado.
Tras un breve “permiso”, el actor vuelve con Right Now, un show distinto desde su presentación a otros que le conociéramos en el pasado: en un sencillo teatro de Brooklyn, con Ansari de jeans y una desteñida remera de Metallica, disculpándose desde el comienzo por lo ocurrido y reconociendo su grado de responsabilidad, antes de desarrollar temas como la corrección política, el contexto cultural, racismo y otros, con su habitual toque de cinismo y humor, para luego ponerse más sentimental y reflexivo. Quizás Right Now constituye más un espacio de catarsis para él, para su necesidad de aclarar ciertas cosas y criticar otras. Cada quien, después, forma con esto la opinión que le parezca.
¿Es suficiente para hacer pasar su incidente? ¿Es igual de grave al de casos como el de Harvey Weinstein, Kevin Spacey o Louis C.K? ¿Es una «cita que salió mal» o algo más? ¿Podemos medir todos los hechos con la misma vara? ¿No cometemos errores? ¿Estamos entrando en una época de levantarnos como bastión de la moralidad en tanto menos nos rocen los incidentes y relativizamos en tanto más se nos acercan? Son preguntas que me quedaron después y que prefiero plantear, antes que responder, por esta vía.
Hay cuestiones que plantea Ansari y nos interpelan. No podemos negarlas. Por ejemplo, y principal, que no podemos juzgar todo según estándares del 2019. El contexto cultural de cada momento condiciona el hacer algo así. Pretender que exista una escala de valores absoluta dictada por una mayoría autoproclamada como autoridad para dictaminarla es, primero, perverso y segundo de una arrogancia intelectual peligrosa. No es el mejor show de Aziz Ansari, ni es él un faro que ilumina el camino a seguir, pero que importante replantearnos ciertas cosas en tiempos de tanta corrección política.