Me atrevería a decir que todos, de alguna forma u otra, estamos buscando ESO. Eso que le dé un giro a nuestras vidas, que le provea de algún sentido, que cambie algo. ESO. Bueno, al menos si tenemos suficiente tiempo libre para fijar nuestra atención en un afiche por la calle que nos sume a una especie de Escape Room pero en la vida real (?) donde la ficción parece haber desbordado ciertos límites y nuestro sentido común se ve un tanto amenazado. Porque de eso se trata Dispatches from Elsewhere, esta nueva propuesta de AMC, a la que espero no llegar demasiado tarde para hablar de ella.

Creada y protagonizada por Jason Segel, cuenta también con la participación de Sally Field, Richard E. Grant, André Benjamin y Eve Lindley; y nos invita a seguir las vidas de 4 protagonistas cuando se cruzan entre sí luego de involucrarse en esta especie de juego, en la búsqueda por ese “algo más” que llene sus vidas y las dote de algún sentido para ellos mismos. En lo personal, esa premisa junto con la narrativa inicial, rompiendo con la cuarta pared y buscando atrapar (en todo sentido al espectador) fue lo que me hizo inclinarme por esta opción.
Hay una intriga muy grande por entender más de lo que ocurre, con los protagonistas y con nosotros mismos cuando narrador y orientador del “juego” nos suma a la trama. Esto mismo es lo que lleva a una confusión, para nosotros como espectadores, sí, pero también para los protagonistas que parecen buscar (o entender) que hay una respuesta y un sentido incluso más allá de lo que la propia dinámica del juego les deja ver. Además, en la primera mitad de la serie, podemos encontrar una identificación con cada uno de ellos, como si todos tuvieran características esenciales que podemos reconocer en nosotros mismos. Esta misma empatía que de pronto nos nace es la que también nos lleva a vivir esa aventura como propia. Como si el resultado de la misma fuese a incidir también en nuestras vidas.

Y, dentro de esta búsqueda por una especie de “revelación mayor”, la misma trama nos encierra en una partida de giros falsos y callejones sin salida (con toda la intención, claro está) que, nuevamente, nos da a entender que en realidad no hay un objetivo en concreto y que en realidad uno se ve inmerso en eso más por una suerte de aburrimiento que por otra cosa. O capaz no. O capaz si (?) pero en realidad no es malo, sino que es lo que nos da un propósito. A nivel narrativo diría que es el único punto donde la serie se desvía un poco y parece desentenderse de lo que quería contarnos en principio.

Porque lo que estábamos viendo en principio era la identificación con cada uno de los personajes, con sus historias, conflictos y decisiones. Y es que, en verdad, cada uno de ellos podemos ser nosotros. Tenemos ese reconocimiento en ellos porque tenemos un poco de todos ellos y ese es el gran mensaje de la serie. Sea lo que sea que busquemos, todos estamos en el mismo camino detrás de ESO. Todos tenemos un poco de todos y ese desapego por algo de singularidad es lo que a su vez nos hace especiales a todos nosotros.

Es que esta propuesta de Segel es sumamente meta y abstracta. Capaz de abarcar un concepto tan amplio con la realización personal y sumarle la importancia de un espíritu colectivo. Todo esto para hablarnos de él mismo y transformar esto en algo más suyo, que también, puede ser nuestro, si nos identificamos. Todos estamos en la misma búsqueda y encontramos, en el camino, obstáculos similares. El miedo, la desilusión, la victimización, la autocomplacencia, la indiferencia. Lo que nos acerca a todos es saber que lo especial de nosotros radica justamente en la búsqueda misma y no en su resultado. Que no hay una sola respuesta para ESO que estamos buscando.
El Reino: un juego sin moral
Hacía un tiempo que venían pensando que me estaba faltando alguna serie realmente adictiva. De esas que te tienen pasando de un episodio a otro casi sin tiempo ni para ir al baño, de esas con las que revisar el celular u otra cosa por una milésima de segundo pasa a la historia, de…
Suicide Squad 2: lo que nosotros (y DC) necesitábamos
Después de lo que fuera la primera entrega de Suicide Squad creo que prácticamente todos podríamos coincidir en que prometía mucho, muchísimo más de lo que realmente fue y también que lo mejor que nos dejó hasta hoy para recordarlo fue su grandísimo soundtrack. O, mejor dicho, lo único que no dejó para recordarlo…
Las películas que nos formaron: merecido homenaje
Cuando estrenó la primera temporada y pudimos disfrutar de ese detrás de escena de películas que marcaron una época y que, incluso hoy, continuan tan vigentes para todos nosotros como el día de su estreno, tuve la sensación de que estábamos ante algo más que siempre añoranza y documentación de lo que pasó en esos…