Primeramente, cuando supe del total de episodios para esta nueva serie de Disney+ dentro del MCU, pensé que iban a quedar cortos, más que nada por el nivel que venían manteniendo sus predecesoras. Empezando a tener bien dibujada la historia general, creo que queda en la dimensión justa y que la serie cumplirá un rol más de transición antes que algo mucho más memorable. De igual forma, cuenta con elementos muy disfrutables en el proceso.
Este episodio principalmente, y después de la introducción e interacción de sus principales protagonistas, nos va mostrando los objetivos que persiguen cada uno de ellos y los medios que son capaces de manejar para alcanzarlos. Por comenzar, tenemos a un John Walker que se muestra mucho más violento y prepotente, escudado (ja, ¿entendieron? “escudado”) en su nueva identidad. Alguien que definitivamente persigue una meta, pero ante la gran sombra que lo persigue, está dispuesto a transitar cualquier camino para llegar a ella.
Así mismo, tenemos a los protagonistas principales trabajando en conjunto con el famoso Baron Zemo, quien en esta historia parece adoptar un rol más de antihéroe antes que de villano propiamente. Zemo, como ya sabemos desde Civil War, se opone a la presencia de super soldados y también se roba el protagonismo al forzar constantemente a los protagonistas a reflexionar sobre diversos temas, siendo el principal el de los íconos, la idolatría que arrastran y cuan peligroso puede llegar a ser eso. Además de que cada interacción suya con Sam y Bucky contiene muchos más guiños al universo del Cap, su escena bailando se lleva todos los aplausos en este capítulo (?).
Siguiendo esta línea de protagonistas persiguiendo diferentes fines, reaparece una desterrada Sharon Carter, quien se muestra primero, como es lógico, molesta y algo reacia para finalmente acordar un trato que le permita volver medianamente a su vida anterior. La vemos a su vez violenta e implacable, elevando altamente el número de muertos en este episodio. También ella entendió a su manera que medio era más conveniente para alcanzar el fin que está persiguiendo.
Detrás de todas estas líneas, el enemigo a vencer ya está claro que son los Flag-Smashers, encabezados por Karli Morgentau, y justamente en este episodio nos adentramos más en sus motivaciones, en el fin que está persiguiendo, pero también en los medios que puede llegar a ser capaz de emplear y que, de hecho, lo está haciendo conforme avanza la trama.
Así y habiendo avanzado ya prácticamente hasta la mitad de la serie, tenemos un desarrollo mucho más concreto, una reflexión sobre los íconos y su idolatría, esa que muchas veces nos hace colocarlos en un pedestal inalcanzable y, sobre todo, los fines de cada bando protagonista sumado a los métodos que son capaces de utilizar. Solo resta el de Sam/Falcon, quien se venía mostrando ajeno a querer participar mucho, negándose primeramente a portar el escudo. Su búsqueda por recuperarlo a partir de estos acontecimientos puede ser el gran detonante que la serie está necesitando.
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