Nunca falta la ocasión en la que se haga presente recomendaciones y pasos a seguir para tener en cuenta en un apocalipsis zombie. Una serie de medidas, suposiciones y consejos que surgen, más que nada, de la experiencia luego de haber visto alguna producción de este estilo. Salvo que alguno puedo atestiguar haber participado en alguno (?). De cualquier manera, al hablar más bien de una película sobre el tema (y no tanto sobre el tema en sí) me parece importante destacar lo más importante de un film de este tipo: tiene que ser entretenido y la amenaza imponente. Es el caso.

La nueva película de Zack Snyder, protagonizada por Dave Bautista, Huma Qureshi, Ella Purnell, Ana de la Reguera, entre otros, es diversión pura y dura desde el primer comienzo. Al más viejo estilo Snyder, no pierde demasiado tiempo en arrancar, sino que apela al viejo recurso de captar nuestra atención con diferentes estímulos desde los primeros minutos de la película, sin dejarnos tiempo de acomodarnos siquiera. Y vaya que lo logra satisfactoriamente.
Una introducción fantástica y sumamente llamativa, acompañada de una secuencia inicial con toda la visual a la que nos tiene acostumbrados este director; por ejemplo, no pude dejar de pensar en Watchmen y, principalmente, en Dawn of the Dead y ese inicio con “The Man Comes Around” sonando hipnóticamente. En el caso de esta película, “Viva Las Vegas” suena fuerte y claro, casi con ganas de bailar mientras vemos como se desató lo que vendría a representar el fin del mundo conocido, muertes y levantamiento de muertos mediante.

A partir de ahí viene la presentación de personajes, Scott como el protagonista y más adelante su hija Kate, y las dificultades del relacionamiento entre ambos. Si bien es cierto de que el desarrollo de los integrantes de esta suerte de escuadrón no es muy profundo y casi no deja espacio para empatizar por alguno de ellos, si es verdad de que ese proceso de ensamblaje resulta divertido y su rápido relacionamiento favorece a la dinámica. Algo similar ocurre con la trama: avanza rápida para trasladarnos al nudo central de la historia, pero en su planteamiento se vuelve vaga yes justamente la presencia de los zombies lo que hace que nos olvidemos que el problema parece rebuscado y poco práctico. Justamente un punto que se le suele marcar mucho al director y que es que parece dejar de lado lo que quiere contar, priorizando el cómo. Y hablando del “cómo” debemos de decir que los zombies se ven espectaculares, o sea, hay un tigre zombie, desde ya eso es genial. A la vez que los recursos técnicos y visuales, como por ejemplo el enfoque y desenfoque en determinadas escenas es excelente.

En el único momento donde esa poca profundidad narrativa se torna realmente pesado es cuando la película parece divagar por algunos caminos inciertos, dejando varios cabos sin atar o directamente sin justificar su presentación en la historia. Deja la sensación que no sabía cómo resolverse la historia y de que, finalmente, le sobra al menos media hora.

Dentro de todo, la historia se resuelve como nos gusta que se resuelva una buena historia de zombies: con acción, violencia, explosiones, sacrificios, tensión, desesperanza y si, bajas sensibles que lamentar, pero con la sensación de haber acompañado un viaje realmente satisfactorio, cual montaña rusa en un parque de diversiones, un viaje de entretenimiento y zombies.